El 20% de los ingresos de los mexicanos se gasta en transporte público, ¿lo vale?
Unos 130 millones de viajes se realizan diariamente a nivel nacional, de los cuales, cerca del 80% se efectúa en transporte público, siendo las personas con menores recursos son las que más gastan en transporte.
De acuerdo con encuestas nacionales, 25% de la población con mayores ingresos gasta en promedio 3% de éstos, mientras que un porcentaje similar de los mexicanos con menores ingresos invierte casi 10%.
No obstante, cifras de ANPACT advierten que las familias mexicanas gastan 19% de su ingreso en transporte público. El problema es que la Encuesta Nacional de Movilidad y Transporte, señalan que este medio es el peor calificado por los ciudadanos.
La mayoría lo consideran lento, inseguro, incómodo, tardado, costoso, deteriorado y sucio. El tiempo empleado en México para ir de un punto de origen a un destino es de aproximadamente 44 minutos; la CDMX y el EdoMex tienen el promedio más alto, con 57 minutos por recorrido.
“Esto es síntoma del abandono que ha tenido el transporte en los servicios de movilidad en la agenda nacional, de la debilidad institucional, así como su falta de coordinación e integración entre los tres niveles de gobierno”, advirtió Alejandro López, presidente de AMAM, en un foro promovido por la asociación.
Según especialistas, otra problemática que tiene el transporte público es que la casi nula interconexión entre los diferentes sistemas de transporte público (urbano, interurbano o regional), además de que los tiempos de espera son altos.
¿Se debe cambiar el modelo empresarial en el transporte público?
Asociaciones ambientalistas lamentan que el modelo operativo del transporte público que predomina actualmente en las zonas metropolitanas del Valle de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla es el del caótico “hombre-camión”, es decir, una concesión por persona.
De acuerdo con la organización ‘El Poder del Consumidor’, este modelo se caracteriza por una serie de problemas del servicio que generan inseguridad y una profunda ineficiencia.
“El modelo operativo “hombre-camión” tiene dificultades como la sobre posición de rutas, las cuales carecen de una programación de servicio (tiempos-frecuencias-paradas establecidas)”.
Acorde con su visión, lo anterior conlleva a la saturación de unidades en unas vialidades y desabasto en otras, nulos programas de mantenimiento, falta de capacitación a los conductores, caos vial, falta de respeto a las paradas, horarios de servicios no regulados, así como la ausencia de infraestructura.
Para enfrentar los problemas que presenta actualmente el transporte público “es necesario migrar a un modelo empresarial en donde exista una estructura profesionalizada con carácter jurídico, administrativo, operativo y de mantenimiento”.
Renovación del transporte está lejos de suceder
El investigador mexicano Manuel Suárez Lastra, doctor en Geografía por la UNAM y director del Instituto de Geografía, resaltó en una conferencia en 2017 sobre la necesidad de desanimar el uso del auto a través de políticas públicas locales, sin dejar de mejorar y renovar el transporte público.
No obstante, durante su participación en el foro de AMAM, Miguel Elizalde, presidente de ANPACT, advirtió que la renovación de unidades de pasajeros está siendo sumamente perjudicada por la entrada indiscriminada de vehículos usados provenientes de Estados Unidos (EU).
“Estos usados que se importan son de 16, 17 años de antigüedad que nada abonan a reducir las emisiones y la seguridad vial”, declaró. Acorde con Elizalde, 7 de los últimos 12 meses se han importado más vehículos usados de EU que los que se han renovado nuevos.
Ante ello, el presidente de ANPACT urgió a las organizaciones de movilidad sobre impulsar un estándar mínimo de calidad y seguridad vial en los vehículos, más que como ap
