Un litro de combustible para avión cuesta menos que uno de agua
Durante marzo, el precio promedio de la turbosina disminuyó 13.4%, en comparación con el mes anterior. El costo se ubicó en 8.42 pesos por litro, su peor registro desde octubre de 2016, cuando su precio fue de 8.7 pesos, de acuerdo con datos del Monitor del Estado de la Actividad Aérea.
Si comparamos el actual precio de la turbosina con el que tuvo en marzo de 2019 (el cual fue de 12.81 pesos por litro), esto equivale a una disminución de 34%.
Para ejemplificar la magnitud de la caída, un litro de agua embotellada tiene un precio promedio de 10 pesos, de acuerdo con el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento, SIMAS Torreón.
Por otra parte, en marzo de este año se transportaron 5.9 millones de pasajeros, que corresponde a 3.1 millones en vuelos nacionales y 2.8 millones en vuelos internacionales. Estas cifras representan una disminución de 34.4% en comparación con el mismo mes de 2019.
Este número de pasajeros tan bajo, no se veía desde septiembre de 2016, cuando se transportaron 5.8 millones de usuarios en México tanto en vuelos nacionales como internacionales.
A la par, se atendieron 63,299.8 toneladas de carga aérea, que corresponden a 13,982 toneladas en vuelos domésticos y 49,317.8 toneladas de comercio exterior, lo que significó una reducción de 18.5% en comparación con marzo de 2019.
Finanzas aéreas dependen, en gran medida, de la turbosina
De acuerdo con especialistas en el sector, este insumo les representa a las aerolíneas en nuestro país hasta 35% de sus gastos operativos totales.
Por ejemplo, si el precio de la turbosina aumenta (como aquí no es el caso), el costo de los boletos de avión se incrementa, esto explica las pérdidas que tuvieron las aerolíneas por casi 1,100 millones durante el primer trimestre de 2019, derivado del alza anual del 10% en el costo del combustible.
Paradójicamente, la disminución en el precio de la turbosina les permite a las aerolíneas tener un ligero respiro, ya que pueden liberar presión en costos, tomando en cuenta que se han visto obligados a reducir frecuencias.
Sin embargo, con los aviones detenidos por el Covid-19, la demanda de turbosina cae drásticamente, por lo tanto, se necesitan menos refinados y por ende menos combustible, ya que la acumulación supone un grave problema.
“Durante la administración actual, se ha hablado del Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura a desarrollar para el sector energético, donde destaca el aumentar la capacidad de almacenamiento de gasolina, diésel y turbosina”, afirma Arturo García Bello, Socio Líder de Industria de Energía en Deloitte México.
Además, la poca demanda de turbosina y diésel les ha generado mayores retrasos en tiempo a los operadores de pipas, situación que se agravó a finales de marzo y que poco a poco se fue normalizando durante las semanas recientes.
“Lo peor eran las horas que perdía en la fila para cargar, luego ya se arregló, lo que sí es que ha bajado un poco la chamba”, nos refiere un operador de pipa de doble remolque en el Estado de México.