Transporte FerroviarioÚltimas noticias

42 kilómetros del tramo 5 del Tren Maya serán elevados para no tocar “zonas delicadas”

El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha revelado los detalles del nuevo diseño del tramo 5 del Tren Maya. En la conferencia mañanera, Javier May, director de Fonatur ha explicado que 42 kilómetros de los 67 que contempla el trozo sur, que une Playa del Carmen y Tulum, van a ser elevados.

“Más del 60% de la vía será viaducto elevado para proteger el suelo kárstico, cenotes, cavernas, y ríos subterráneos de la zona”, ha dicho May, acompañado de los responsables de las empresas constructoras. Esto supone un cambio radical con respecto al plan que fue presentado en junio y cuyos impactos ambientales fueron aprobados, por lo que ahora no hay estudios sobre el efecto que va a tener la nueva construcción en una zona geológica muy delicada.

Las asociaciones de medio ambiente han criticado la enésima modificación del diseño y señalan que se trata de una obra “improvisada”.

El tramo 5 fue desde el principio un quebradero de cabeza para la Administración de López Obrador. En el proyecto original, el trozo norte, que salía de Cancún, también iba a ser elevado y las vías iban a pasar por encima de la ciudad de Playa del Carmen, según se presentó en marzo de 2021. Pero en enero del año pasado y tras dos meses de obras, con parte del bulevar ya construido, May salió a cancelar la idea debido a la dificultad que tenía llevarla cabo, técnica y económicamente. “El Tren Maya va a ras de tierra, no se va a elevar y no se va a usar la zona urbana. Esta decisión nos permite decir que la obra se va a concluir en tiempo”, declaró al anunciar los cambios el titular de Fonatur. Esto implicaba que la obra ya no iría por encima de la carretera federal 307, sino al lado.

Un mes más tarde, el trazado del tren dio un nuevo giro: ya no iba a ir paralelo a la carretera, sino que se iba a internar unos siete kilómetros selva adentro. El Gobierno tomó la decisión tras la presión del poderoso lobby hotelero de Riviera Maya, que se negaba a que las vías se comieran parte de las entradas a sus resorts de lujo. Tras una negociación con la asociación de hoteles y después de haber talado ya 20.000 árboles, la Administración cedió a internarse en el segundo pulmón forestal de América Latina, después de la Amazonía, donde se encontraban decenas de cenotes y cuevas protegidas.

Sin embargo, en abril un juez federal suspendió la construcción del Tren Maya porque no contaba con un requisito imprescindible: la declaración de impacto ambiental, llamada MIA. Este documento se solicita para todas las edificaciones del país, pero el megaproyecto, que iba a transcurrir sobre el mayor sistema de cuevas sumergidas del mundo, no tenía. Pese a la suspensión, López Obrador ordenó seguir adelante. El presidente ha asegurado que toda la infraestructura del tren maya, va a estar terminado en diciembre de este año “aunque parezca increíble”.

Finalmente, el Gobierno presenta ante la Secretaría de Medio Ambiente su estudio de impacto ambiental. Solo en el tramo sur se recogen 11 impactos severos y uno crítico, por la pérdida de 500 hectáreas de cobertura vegetal. En las 4.900 páginas del documento, se reconoce que la delicada morfología del terreno es uno de los principales obstáculos. El biólogo Rodrigo Medellín identificó esta zona de Quintana Roo como un queso gruyere, lleno de agujeros, por su composición kárstica, que ha permitido la creación natural de un inmenso sistema subterráneo interconectado.

Fuente El País