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¿Qué es un Huachicolero?

En México, se llama huachicolero o guachicolero a la persona que se dedica a la actividad ilegal de robo y venta de combustible (gasolina o diésel) y bebidas alcohólicas adulteradas. Esta actividad empezó a tomar relevancia a partir de la liberación de precios del combustible, propuesta en el sexenio de Enrique Peña Nieto. La palabra deriva de huachicol más el sufijo –ero que, en sustantivos, indica oficio, ocupación, profesión o cargo. El huachicol es una bebida alcohólica adulterada con alcohol de caña y con otros compuestos, y también sirve para nombrar el combustible robado, que puede estar adulterado.

Origen de la palabra

Se denomina huachicoleros a las personas que se dedican a vender combustible robado en México y a los expendedores de “licor pirata” en las zonas tequilera y del atiplano mexicano, pero su origen es mucho más antiguo. Según el Diccionario del español de México, huachicol o guachicol tiene dos significados principales: es aquella persona que se dedica a bajar fruta de los árboles usando un cuachicol o huachicol, que es una vara larga que lleva en un extremo una canastilla y es el ‘delincuente que se dedica a robar gasolina perforando los oleoductos que la conducen’.

Se recomienda que se use la misma grafía en todo el texto donde aparezcan, por ejemplo: “Los guachicoleros venden el guachicol a la orilla de la carretera” o “Los huachicoleros venden el huachicol a la orilla de la carretera”; pero no “Los huachicoleros venden guachicol a la orilla de la carretera” o “Los guachicoleros venden huachicol a la orilla de la carretera”.

Ilegalidad

Hoy en día, en ciertas zonas de México, la producción y comercialización de productos adulterados, piratas, clonados o robados se ha convertido en una actividad económica muy lucrativa y comúnmente propiciada y tolerada por los propios habitantes, ya sea por conveniencia o por miedo.​ Esta actividad se desarrolla principalmente en los estados de Puebla, Hidalgo, Oaxaca, Guanajuato, Veracruz y Tamaulipas; algunos de los factores que la favorecen son la escasa infraestructura carretera y la cercanía a los ductos que comercializan combustible hacia el centro del país. A la zona donde se adultera o se comercializa el combustible robado en México se le ha denominado el “triángulo rojo” o la “franja roja”.

Generalmente, el robo de combustible se realiza directamente de los oleoductos de Petróleos Mexicanos, de los cuales se extrae el combustible a través de perforaciones. A esta técnica se le conoce comúnmente como ordeña de ductos.​ f Después de detectar el ducto, los huachicoleros realizan un corte e instalan luego una llave improvisada para poder extraer el combustible, que se vende más tarde en tianguis cercanos o directamente a traileros que pasen por el poblado.

Generalmente, los precios se establecen entre 8 y 10 pesos el litro. El diesel y la gasolina magna son los combustibles más comercializados. En México, esta actividad es un delito federal. Sin embargo, a mayo del 2017 no se había reportado sentencia alguna en contra de uno solo de los grupos delictivos que se dedican a la extracción ilegal de combustibles. El gobierno federal puso en marcha el 20 de diciembre del 2018 el Plan Conjunto de Atención a las instalaciones de Pemex, que tiene como propósito evitar el robo de combustible y acabar con la corrupción que conlleva, el presidente López Obrador aseguró que en sólo 5 días, este plan disminuyó 55 por ciento el robo de hidrocarburos. ​ A pesar de declaraciones que desmienten el desabasto de gasolina, en la primeras semanas del 2019 la población ha referido ausencia de gasolina así como gasolineras cerradas.

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