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Pemex se deja robar y deja abierta la llave abierta a la ordeña

A pesar de contar con un sistema remoto de monitoreo de ductos que le permite bloquear el flujo de producto, Pemex no “cierra la llave” a menos que se presente una fuga de combustible.

Por ello, la mayoría de las miles de tomas clandestinas que tiene cada año, las detecta con su personal en campo.
Una de las cualidades del Sistema de Control y Adquisición de Datos (SCADA), que vigila los 30 mil kilómetros de ductos que tiene Pemex en el País, es precisamente la posibilidad de cerrar las válvulas de manera remota y seccionar los ductos cuando se detectan anomalías en la presión. 

“En la mayoría de los casos yo diría que es una revisión de campo y en algunos casos hacemos el cierre”, explicó Ignacio Aguilar, director general de Pemex Logística, la cual tiene el tercer SCADA más grande del mundo, sólo después del de empresas rusas.

Detalló que la mayoría de las tomas clandestinas que detectan en sus ductos son herméticas, es decir que no hay fuga, por lo que la baja de presión es moderada.

Por ejemplo este tipo de tomas clandestinas son aquellas en las que los huachicoleros conectan una manguera al ducto y el sistema permite detectar un cambio de presión que no es grande, por lo que no hay un derrame.

El año pasado Pemex detectó 6 mil 873 tomas clandestinas y hasta junio de este año, ya suman 5 mil 75.

Sin detallar cuántas personas vigilan los 47 sistemas de transporte de ductos de hidrocarburos de Pemex, la empresa señaló que a diario realizan recorridos sobre los derechos de vía de los ductos para identificar tomas clandestinas, con el apoyo de personal de seguridad física.

El director general de Pemex Logística estimó que en promedio tardan entre 3 a 5 horas en detectar la toma clandestina, llegar al lugar y hacer la reparación.

En caso de que hubiera una fuga, las válvulas se cierran, pero dependiendo de la zona las cuadrillas tardan entre 1 y 4 horas para llegar al sitio.

Reconoció que el sistema les permite seccionar tramos de ductos para regular el flujo mientras reparan.
Al año Pemex pierde 20 mil millones de pesos por el robo de combustible y aunque no hay una cifra oficial del volumen, éste podría rondar en los 26 mil barriles diarios.

Fuente AM 

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