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Mujeres al volante… de camiones en Norteamérica

María Cortés se levanta a las tres de la mañana para dirigirse al puerto de Los Ángeles por el camión tráiler que habrá de conducir por las autopistas del sur de California en una jornada de entre ocho a diez horas por día.

Conduce sin miedo su pesada carga. “Me gusta manejar, la gente, el tráfico, la calle”, dice muy segura de sí misma, esta inmigrante mexicana de casi 50 años, y quien lleva 15 años como chofer de tráiler.

“Primero manejé autobuses locales, pero conducir un tráiler fue para mí una oportunidad de crecer”.

¿No le dio miedo?

“El miedo es no hacer nada, es quedarse sentado o parado. Todos tenemos miedos, pero tenemos que vencerlos”, asegura esta mujer que transpira energía por todas partes.

María está casada y tiene tres hijos ya grandes. Su esposo es chofer. “En su interior, los hombres están orgullosos de que sus mujeres manejen un tráiler”, confía.

Ella es una de las mujeres que poco a poco se han adentrado en una profesión que ha sido tradicionalmente dominada por hombres en Estados Unidos.

Un análisis del jefe economista de la Asociación Estadounidense de Transporte de Carga (ATA), Bob Costello, reveló que la industria de carga en los últimos 15 años ha sufrido por la escasez de choferes.

En 2005, el déficit era de 20,000 conductores. Hoy en día hacen falta 50,000. Se calcula que, en diez años, la industria de carga requerirá de 898,000 nuevos conductores, con un promedio de 90,000 dólares cada año para reemplazar a quienes se jubilen y la demanda del crecimiento de la industria.

El estudio realizado por el economista Costello indicó que en 2016, el 38.7% eran choferes de las minorías. Se trata de un avance, ya que, en 2001, constituían apenas el 26.6% de la fuerza laboral.

La industria del transporte de carga ha sufrido para atraer a las minorías no se diga a las mujeres.

El ascenso de las féminas ha sido muy lento. En 15 años, el porcentaje de mujeres tras el volante de un camión de carga aumentó de 4.5% a 6%. En la actualidad, la Asociación de Mujeres en el Transporte de Carga estima que representan el 7.9%. de toda la fuerza laboral. Pero según el Buró de Estadísticas del Trabajo, las mujeres conductoras de camiones pesados constituyen un escaso 6.2%.

¿Por qué no hay muchas mujeres?

María Cortés considera que el asunto es cultural. “Nos mete miedo la familia, el marido, la religión cuando se trata de un área de muchas oportunidades. Por tanto, tenemos que romper esas creencias que no nos ayudan a crecer”, recalca.

Cuando se maneja un tráiler, la mujer se da cuenta de lo que es capaz. “Yo me siento feliz con muchas ganas de salir adelante. Cada día son nuevos retos. Disfruto mucho conducir. Cuando los otros conductores se dan cuenta que quien maneja el tráiler es una mujer, me saludan con la mano, me dan las gracias o me mandan bendiciones”, expresa.

María invita a otras mujeres a animarse a ser conductoras de tráiler.

“Tú decides si te la haces fácil o difícil, si te gusta, si le pones ganas, cuánto quieres, y qué vas a hacer”, exclama.

Platica que tiene tres años y medio que trabaja para la misma compañía HLT. “Somos sindicalizados con un contrato por diez años, con buenos beneficios médicos y el entrenamiento es gratis para los nuevos”, indica.

“El puerto de Los Ángeles necesita mujeres choferes de camiones de carga. Mi compañía está contratando nuevos” , dice.

Reyes Magaña, representante del sindicato de Teamsters (choferes de camiones de carga) local 848, dice que ser chofer es un trabajo difícil no tanto por conducir sino porque a veces tienen que esperar horas para que les carguen su autobús o lo descarguen en las líneas del puerto.

“Pero necesitamos más mujeres. Dependiendo las compañías, pueden ganar 6,000 dólares al mes. Es un buen trabajo”, asegura.

Brenda Flores anima a otras mujeres a incursionar en el transporte de carga. (Foto suministrada).

La experiencia en Canadá

Brenda Aguirre Villiers transporta una carga de flores de 1,500 millas que va dejando entre Vancouver y Winnipeg en Canadá. Maneja el pesado tráiler con una caja de 53 pies en carreteras montañosas muchas veces entre lluvia, hielo y nieve.

“Jamás en la vida hubiera imaginado que iba a ser chofer de tráiler”, dice esta mexicana de 47 años que vivió muchos años en El Paso, Texas, pero cuando se casó con un inglés se fue a vivir a Vancouver, Canadá hace seis años.

Resultó que el inglés era chofer de tráiler en Canadá desde hace 30 años. “A veces me pedía que lo acompañara en sus viajes, y me empezó a dar curiosidad verlo manejar tan relajado”, relata.

Fue él quien la animó a intentar manejar el tráiler. Cuando compraron un camión de carga automático, se decidió a dejar su carrera de diseño de interiores, pasó los exámenes y obtuvo su licencia de chofer comercial.

“Si pudieras ver tu cara. ¡Estás radiante! me dice mi esposo. Disfruto tanto saber que tengo la capacidad y la pericia para conducir un camión con una carga de 80 mil libras y que puedo controlarlo. Además, me gusta conducir el tráiler porque la altura me da una perspectiva de todo el panorama”, dice.

Claro, dice que al principio los choferes tienen que aprender a dar vueltas, frenar, estacionarse, dar reversa y estimar espacios y tiempos.

Brenda Aguirre nunca pensó que sería chofer de tráiler. (foto suministrada).

Como mexicana sostiene que ella nunca pensó en ser chofer de tráiler. “Desafortunadamente en México hay una mala apreciación de los choferes de tráiler. Los ven inferiores y de menos, cuando son la sangre de una ciudad y de un país al transportar todos los bienes que necesitamos. Sin ellos, se paralizaría una nación”, considera.

“Los choferes de tráiler ponemos nuestra vida en la línea. Transportamos alimentos, medicamentos, equipo médico para hospitales, automóviles. Todo se mueve a través del transporte”, subraya.

Los sueldos en Canadá andan entre los 6,000 y 8,000 dólares estadounidenses por mes.

Al principio, reconoce que le daba miedo subir y bajar las montañas rocallosas y las carreteras de un solo sentido. “Pero si conoces tu equipo, solo tiene que usar el sentido común y manejar de acuerdo al clima”, asevera.

Brenda dice que está más contenta de lo que pensó cuando decidió ser chofer de tráiler.  “Las perspectivas son muy buenas. Mi esposo y yo queremos tener nuestra propia compañía para cruzar la frontera y operar también en Estados Unidos”, dice.

Afirma que el trabajo no es tan pesado como parece. Ella y su esposo trabajan en pareja y hacen un viaje de 22 horas acompañados de sus mascotas, un perro Golden Retriever y un gato.

“Paramos cada tres o cuatro horas. Dividimos las horas para que cada uno pueda descansar en el camarote. Tenemos refrigerador y microondas en el tráiler. Llevamos nuestros propios alimentos para comer saludable”, cuenta.

Esta mexicana quiere inspirar a otras mujeres a ser choferes de tráiler. “Quítense de la cabeza que es un trabajo para gente que no fue a la escuela. Si quieres ser independiente y sacar dinero, ser conductor de un camión pesado es una buena opción. Conozco a una mujer que, al quedar viuda, se metió como chofer de tráiler, saco a sus hijos adelante y lleva 25 años manejando”, dice.

“Le quiero decir a las mujeres que este trabajo no es más peligroso que cualquier otro. Ganas bastante bien y te permite hacer alcancía”, platica entusiasmada.

En EEUU de acuerdo al Buró de Estadísticas del Trabajo, en 2017, un chofer de tráiler ganó una media de 44,500 dólares al año. La Asociación Estadounidense de Transporte de Carga (ATA) dice por su parte que llegan a ganar más de 70 mil dólares al año.

Fuente La Opinión

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