AutomotrízCombustibleTecnología en el transporteÚltimas noticias

Lo autos que en lugar de contaminar con gases, emiten agua

A Steve Manning, un consultor financiero en el sur de California, le gustaba la idea de conducir un auto que fuera amable con el medio ambiente.

Pero, en noviembre pasado, mientras miraba un Toyota Mirai de 58 mil dólares en la concesionaria cerca de su casa en Santa Ana, tuvo que pensarlo más de dos veces.

Este no era solo un auto eléctrico. Su electricidad proviene de celdas de combustibles activadas por hidrógeno. Eso sería bueno para el clima, pero un desafío logístico para el consumidor.

En el caso de Manning, la estación de rellenado de hidrogeno más cercana estaba a 11 kilómetros de su casa. Y la tecnología seguía siendo tan nueva que había menos de una docena en todo el estado.

“¿Es realmente práctico?”, se preguntó. Al final, dio un salto de fe, aceptando el arrendamiento de un Mirai plateado por 499 dólares al mes. “Dije: ‘Si resulta un fiasco, que sea un fiasco’”, recordó en una reciente entrevista telefónica.

No lo lamenta. Debido a un gran impulso por parte del estado de California para invertir en una creciente red de estaciones de llenado, nunca se ha quedado sin combustible. Conducir un auto impulsado por hidrógeno ha resultado una sorpresa agradable para Manning y otros en el pequeño pero creciente grupo de dueños de autos de celdas de combustible de California.

Como otros autos eléctricos, el Mirai no tiene una transmisión y acelera rápidamente desde cero. “Puedo quemar llantas”, dijo Glenn Rambach, un ingeniero retirado que compró uno el otoño pasado.

Durante años, los fabricantes de autos, ambientalistas y científicos han promovido las celdas de combustible de hidrógeno como una tecnología avanzada que eventualmente permitiría a las personas desplazarse sin emitir contaminantes y gases de invernadero a la atmósfera.

Las celdas de combustible operan desencadenando una reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno en el aire. Cuando se unen, se crean una carga eléctrica y una pequeña cantidad de agua. Unos cuantos cientos de celdas amontonadas generan suficiente electricidad para hacer funcionar el motor de un auto.

Y comparado con otros tipos de autos eléctricos, que deben ser recargados extrayendo energía de algún tipo de electricidad, los autos de celdas de combustible de hidrógeno no necesitan recargarse y tienen un alcance de desplazamiento mayor. (No es que para cualquier químico en su casa el hidrógeno, que se vende como gas altamente comprimido ofrecido por proveedores industriales, sea fácil de producir en cantidades suficientes y útiles.)

Pero el futuro del hidrógeno ha sido lento en llegar debido a un dilema frustrante: los fabricantes de autos tenían poco incentivo para producir vehículos de celdas de combustible en tanto no hubiera estaciones de hidrógeno para llenarlas; las compañías energéticas no veían el caso de abrir estaciones si no había autos en el mercado.

Así que se requirió el respaldo financiero del estado de California, al igual que el de Toyota, Honda y otros fabricantes de autos, para impulsar el desarrollo de estaciones de abastecimiento de hidrógeno. Ahora hay 20 abiertas al público, y tres más entrarían en servicio en julio. El número debería aumentar a 50 para fines del año próximo, según funcionarios de California.

El estado también alienta a los autos de cero emisiones permitiéndoles el uso de los carriles rápidos para vehículos con alto número de viajeros en las autopistas famosas por sus congestionamientos. California también ofrece descuentos de impuestos a los consumidores que compren o arrienden autos impulsados por hidrógeno, que en el caso del Mirai representan 5 mil dólares; además de un crédito fiscal federal de 4 mil dólares.

Pero California es una rareza. Aparte de algunos proyectos experimentales apoyados públicamente con autos de celdas de combustible de hidrógeno en Washington y el Noreste, no hay una red de estaciones de abastecimiento de hidrógeno en otras partes de Estados Unidos para apoyar la venta y uso de los autos.

Y solo unos cuantos países más en el mundo apoyan activamente a la tecnología.

Pese al apoyo del gobierno de California, que ha apartado 46.6 millones de dólares para subsidiar el desarrollo de una red de estaciones de hidrógeno, “va a tomar cierto tiempo que esto realmente despegue”, dijo Shane Stephens, director de desarrollo en FirstElement Fuel, una empresa emergente que ha recibido una subvención del estado y opera una cadena de 13 estaciones de abastecimiento TrueZero, con seis más en construcción.

“Pero la gente está sintiéndose más positiva”, dijo Stephens. “Hay una línea de visión que permite decir que esto puede ser exitoso”.

Menos de 350 autos de hidrógeno están registrados actualmente en el estado, y Toyota espera que el total de los Mirai sea de solo unos 3 mil para fines del año próximo. Pero funcionarios de California predicen que más de 13 mil autos de hidrógeno estarán en operación en sus carreteras para 2019.

Y después de que Toyota lance una nueva versión del Mirai alrededor del año 2020, la compañía piensa que sus ventas aumentarán a unos 30 mil autos por año.

Honda planea vender el sedán Clarity impulsado por hidrógeno para fines de este año. Hyundai, que ha estado arrendando cantidades limitadas de vehículos utilitarios deportivos (SUV) Tucson impulsados por hidrógeno, planea vender los Ioniq impulsados por hidrógeno en el estado en 2017.

Mark Johannessen, un abogado de derecho familiar que vive al oeste de Sacramento, compró un Mirai a fines del año pasado, y tuvo “un poco de nerviosismo” al principio cuando recorrió en el auto 185 kilómetros para ir a una oficina en Santa Cruz. “Me quedaron alrededor de ocho kilómetros en el tanque”, recordó. Pero desde entonces han abierto dos estaciones a lo largo de su ruta.

La tecnología de celdas de combustible tiene sus detractores, mayormente debido a la cuestión de las estaciones de abastecimiento. Elon Musk, director ejecutivo del fabricante de autos eléctricos Tesla Motors, ha llamado al hidrógeno una forma “increíblemente tonta” de hacer funcionar los autos.

Sin embargo, otros fabricantes de autos están convencidos de que las celdas de combustible de hidrógeno se convertirán en una pieza vital del futuro de la industria. Los vehículos eléctricos de baterías siguen estando limitados a un máximo de unos 322 kilómetros de desplazamiento antes de que se requiera una recarga, y la carga puede tomar tiempo; cuatro horas o más en algunos casos. Las baterías también son pesadas, lo cual plantea desafíos para que funcionen en vehículos más grandes como camiones o SUVs.

Los vehículos de celdas de combustible, por otra parte, pueden recorrer hasta 483 kilómetros con un tanque lleno. El reabastecimiento sigue aproximadamente el mismo proceso que llenar el tanque de gasolina y toma tres o cuatro minutos.

Y aunque en la mente de algunas personas quizá se asocie el hidrógeno con la histórica fuerte explosión del dirigible Hindenburg lleno de hidrógeno en 1937, los proponentes dicen que el sistema de combustible diseñado para el Mirai y otros autos comparables los hace no más volátiles que los vehículos impulsados por gasolina.

“Si realmente queremos registrar una reducción importante en las emisiones de carbono, solo se puede hacer incluyendo a los vehículos de celdas de combustible en la combinación”, dijo Craig Scott, gerente nacional de tecnologías avanzadas en Toyota.

 

Fuente El Financiero

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *