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Línea de trenes en Japón se disculpa por salir 20 segundos más temprano

La puntualidad en los trenes japoneses es tal que, recientemente, un operador de una línea regional tuvo que disculparse no por llegar a Tokio con retraso, sino por salir antes: en lugar de partir de la capital nipona a las 9 horas, 44 minutos y 40 segundos, el Tsukuba Express lo hizo a las 9 horas, 44 minutos y 20 segundos. Es decir, con 20 segundos de antelación.

Ofrecemos nuestras más sinceras disculpas por los trastornos que hayamos podido causarles”, se lee en la web de la empresa Metropolitan Intercity Railway Company. En realidad, casi ningún viajero se había quejado, aunque por los altavoces el mensaje de salida se escuchó cuando el tren ya había partido.

Japón puede presumir de tener unos de los servicios de trenes más modernos. Para el país, la fiabilidad –y la limpieza– de sus trenes son motivo de orgullo.

Según cuenta Takeshi Hara, profesor de la Open University of Japan, “la tradición de cumplir escrupulosamente con los horarios se remonta a los antiguos trenes especiales en los que viajaba la pareja imperial”. Así, recordaba en el diario Asahi Shimbun, el tren que llevó al emperador de Kioto a Tokio en 1928 cumplió con su horario al segundo.

Hoy en día, aunque el emperador utiliza en sus desplazamientos un vagón de un tren ordinario, los trenes japoneses siguen la máxima de cumplir con esa puntualidad “imperial”. Incluido, por supuesto, el tren de alta velocidad Shinkansen, orgullo de la nación. Salvo en caso de catástrofes naturales como terremotos, este tren apenas sufre retrasos: en 2011, la media fue de 36 segundos, aunque en 2015, el Tokaido-Shinkansen se retrasó de media 54 segundos.

Además de su puntera tecnología y su excelente mantenimiento, los japoneses deben agradecer la puntualidad del Shinkansen a que su red está separada de las de cercanías y de transporte de mercancías.

Las salidas, llegadas y transbordos se planfican en unidades de 15 segundos.

El maquinista debe tener siempre en mente la distancia respecto a la próxima estación, pues, en cuanto se prevé un retraso de más de un minuto, saltan las luces de alarma en la central. Desde allí y junto con el conductor se

intenta hacer lo posible por recuperar tiempo.

Además, la puntualidad de los trenes también está relacionada con el sentido del deber y la disciplina del personal que trabaja en el sector. No en vano el maquinista del Tsukuba Express recibió una amonestación por haber partido 20 segundos antes de lo previsto. Y a ello hay que sumar la competencia entre trenes.

Nadie quiere quedar por detrás de su rival, ni siquiera cuando se trata de pedir disculpas por cualquier minúscula variación de los horarios de los trayectos, explica el profesor Hara.

En junio del año pasado, una compañía tuvo que pedir disculpas porque un tren había partido 30 segundos demasiado pronto. Y ante este precedente, el Tsukuba

Express hizo lo propio, pese a la ausencia de quejas de los viajeros.

El jurista Naoki Sato, del Instituto de Tecnología Kyushu, apunta que en Japón es habitual “pedir disculpas de inmediato” para no alterar el ambiente y que la vida pueda continuar sin problemas.

La disculpa forma parte de nuestros estándares de funcionamiento, y seguiremos actuando así en el futuro en casos similares”, subrayó el operador de Tsukuba Express.

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