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Inicia el movimiento en la Central del Norte por vacacionistas

Pasos apresurados de personas que entran y salen de la Terminal Central de Autobuses del Norte hacen que entre ellas rocen sus hombros al pasar. El destino para muchos es incierto, para algunos su familia los espera en la Ciudad de México, para otros salir de la ciudad significa regresar a sus raíces… se acercan las vacaciones y el fin de año.

A punto de iniciar formalmente el periodo vacacional, comienza a crecer la fila en cada una de las taquillas de la central de autobuses; unas 25 personas esperan su turno. Niños, adultos y ancianos cargan con mochilas o maletas mientras esperan la hora de salida de su camión.

“Llevo más de lo que debería”, menciona María Cortés, mientras se acomoda una mochila negra en la espalda y observa detalladamente las taquillas para comprar su boleto con destino a Zacatecas. Cada año viaja a visitar a sus padres, quienes viven en Fresnillo, muy cerca de Cantera Rosa.

En la Ciudad de México trabaja como cajera en una panadería desde hace 13 años; al ser considerada de confianza, su jefe le proporciona tres semanas de vacaciones. Ella aprovecha desde el primer día para regresar a “la tierra que la vio crecer”.

Casi serán 8 horas de viaje por la noche, sin embargo, lleva consigo el periódico que no pudo leer en la mañana, una torta y un termo con café para no quedarse dormida.

En el área de llegadas los adultos salen del andén bostezando, los niños se detienen para estirarse, los jóvenes sacan su teléfono, revisan la hora y reportan que ya han bajado del autobús para internarse en la Ciudad de México.

Luego, los ojos de un hombre al salir de los andenes se hacen grandes, aturdido y cojeando de un pie se detiene para acomodar su maleta y una mochila, respira profundo y emprende su caminar por el largo pasillo.

“Espero a mi hermano que ya viene por mí ¡por fin!”: Claudio Mendoza viaja desde Culiacán, Sinaloa, luego haber permanecido fuera de casa 3 años y en esta temporada ha decidido visitar a su mamá y a su tía, quienes le dicen que lo extrañan.

Claudio vivió durante siete meses en Estados Unidos, cruzó la frontera como inmigrante y consiguió trabajo en la pizca de manzanas, sin embargo, el desgaste físico y algunos problemas de salud le impidieron continuar en el país vecino.

Regresó a tierra sinaloense, donde el oficio de sastre le permitió conseguir trabajo durante dos años y ahora “después de juntar un dinerito”, decidió regresar a la capital del país.

Afuera de la central de autobuses el personal encargado del tránsito vial controla el paso peatonal y de automóviles. “¡¿Quiere taxi?!”, pregunta a gritos un hombre mientras se dirige a la fila de la base a quienes respondieron que “sí”.

Los que viajan solos al percatarse de la presencia de más de 30 personas en espera de abordar un auto, toman sus maletas y se dirigen al metro Autobuses del Norte. “Si ahorita está así, no me quiero imaginar los próximos días”, dice una joven desde la fila de taxis.

La próxima semana iniciarán las vacaciones de invierno, más pasos, mochilas, tropiezos, llegadas y partidas aparecerán en la Terminal Central de Autobuses del Norte. Pronto llegará la Navidad.

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