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Huachicol: Al menos 3 de cada 10 camiones se mueven con diésel robado

Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el robo de combustible en México (huachicol), asciende a entre 15 y 20 mil millones de pesos al año. En 12 años (de 2004 a 2016), el número de tomas clandestinas se incrementó en casi 6,000%.

Si bien la compra de combustible ilícito por parte de empresas transportistas o por los propios operadores es considerado un tema ‘tabú’, la realidad es que es una práctica mucho más común de la que se cree.

“Sí existe, no se niega, pero los que más ganan son los delincuentes, ya que además de vender el diésel que obtienen en tomas clandestinas, venden el que le roban al camión (ordeñar). Es decir, le roban el combustible al transportista y luego obligan a comprarles el robado”, nos refiere el dueño de una empresa de transporte en EdoMex, quien prefirió el anonimato.

Las autoridades mexicanas han detectado compra de combustibles robados por parte de empresas transportistas que buscan “ahorros”, ya que pagan menores costos y mejoran sus márgenes de utilidad.

Durante el 17º. Foro Nacional de Transporte de Carga, se estimó que cerca del 30% de las empresas permisionarias del transporte de carga en México se trasladan con diésel robado. No obstante, la percepción es mayor.

Hace unos meses, la Alianza Mexicana de Organizaciones Transportistas, AMOTAC, aseguró que todos los transportistas incurren en la compra de combustible robado motivados, entre otros factores, por el suministro de litros incompletos en las gasolineras y por el robo de mercancías.

Se estima que en la zona norte del estado de Puebla (una de las entidades con mayor índice de robo de combustible), cerca del 70% de las compañías de transporte de mercancías se mueven con huachicol.

De acuerdo con operadores de carga consultados para esta nota, el precio del diésel ‘a lado de la carretera’ va de 12 a 16 pesos el litro. En contraparte, el costo promedio del diésel en las gasolineras es de 19.82 pesos/litro.

“Hay puntos de entrega del diésel, donde los propios choferes entregan el combustible robado, el cual luego es comprado por otros operadores”, nos indica nuestro entrevistado.

Ante esta situación, especialistas señalan la importancia de implementar políticas dentro de las empresas que inhiban acciones deshonestas y establecer procedimientos contra los infractores.

Compra de diésel ilícito provoca una competencia desleal

La adquisición de combustible robado por parte de transportistas propicia que se compita en desigualdad de circunstancias, ya que pueden ofertar precios de fletes más bajos gracias a que utilizan diésel más barato.

“Además, la afectación directa se da en los ingresos tributarios, pues al vender menos litros, las autoridades recaudan menos, sobre todo en materia de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS)”, sostiene Miguel Llovera, Socio de Impuestos en Deloitte México.

Incluso se tiene identificada la participación de cárteles del narcotráfico, en entidades como Guanajuato, quienes crean empresas de transporte para lavar dinero del huachicol. 

Cabe recordar que el precio del diésel representa hasta 35% de los costos de operación para una empresa de transporte de mercancías.

Repercusiones de comprar combustible robado

La compra de combustibles de procedencia ilícita es un delito que puede resultar en cárcel para la parte adquiriente (hasta 25 años), además de graves afectaciones a las unidades. Según empresas en soluciones financieras, algunos de los daños por usar combustible ilícito son:

-Genera daños al sistema de carburación por no tener la calidad especificada para el tipo de motor, lo que podría provocar el incendio del motor y del vehículo.

-Provoca fallas y bajo desempeño debido a la presencia en el combustible de agua, gas L.P. u otras sustancias usadas para rebajarlo y hacerlo rendir más.

-Obstruye los sistemas de inyección por la tierra u otras partículas que se introducen en el combustible al ser extraído de los ductos, o que están presentes en los contenedores en que se almacena.

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