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Asi fue el primer dia del nuevo reglamento de tránsito del DF

Muchos niños y jóvenes llegaron tarde a la escuela; muchos adultos llegaron tarde al trabajo, muchas mercancías se entregaron tarde a quienes las esperaban, muchos perdieron citas de trabajo, muchos ya ni desayunaron. Fueron muchos, demasiados. El hecho es que muchos policías aprovecharon la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Tránsito… motivos no faltaron.

“Por rebasar el límite de velocidad permitido en vías primarias y secundarias…”

“Por hacer uso del teléfono celular mientras conduce…”

“Por invadir el paso de peatones con su vehículo…”

“¿aunque sean diez centímetros?”, pregunta un conductor.

“Aunque sean diez centímetros”, responde el representante de la ley.

 

En Avenida del IMAN en su cruce con Aztecas, los policías no se dieron abasto para detener a tanto insensible que se niega a respetar el nuevo ordenamiento; los tenían haciendo cola para “atenderlos”, no sin antes retirarles su licencia y su tarjeta de circulación.

El oficial Marentes platicaba uno a uno con los conductores detenidos. Había automovilistas, motociclistas, camioneros y hasta un ciclista que fue amonestado por no dar el paso a un peatón que atravesó la calle de forma imprudente porque se le hacía tarde para llevar a los niños a la escuela.

Mientras Marentes “atendía” al infractor en turno, los demás formaban círculos y comentaban sobre el nuevo reglamento. “Mancera cada día está peor, primero fue el metro a 5 pesos, luego el no circula sabatino y ahora este reglamento absurdo”, decían los conductores.

Pero también la ciudad amaneció más lenta. Y no porque hubiera más tráfico vehicular que el de costumbre; es más, había menos. Era porque quienes sí se enteraron que desde el primer minuto de este martes se comenzarían a aplicar las nuevas multas, decidieron no tentar a su suerte e, incluso, quienes circulaban por las mal llamadas “vías rápidas”, como Tlalpan, Viaducto y Periférico (que no iban tan congestionadas), decidieron hacerlo a no más de 50 kilómetros por hora.

Patricia Rendón iba tarde a dejar a los niños a la escuela. Tuvo la mala fortuna de que la luz roja del semáforo le tocó justo cuando atravesaba la glorieta de Avenida Universidad y Miguel Ángel de Quevedo (otro punto aprovechado al máximo por los uniformados) y fue detenida.
“Señora, está usted viendo que ya se le puso la luz amarilla y no va a pasar y aún así se avienta”, la regañó el oficial, buscando desesperadamente el artículo que Patricia Rendón había violado, “pus’ todavía no me lo aprendo bien (sic)”.

Mientras sancionaba a la conductora, el uniformado hizo un movimiento brusco y pegó un salto hacia el arroyo vehicular para detener a Pedro Hernández, un motociclista que conducía sin casco y que por nada lo atropella.

 

Muchos, una cantidad inusual de quienes se trasladaban o transportaban mercancías fueron detenidos; incluso las nuevas patrullas de la Secretaría del Medio Ambiente se unieron a esta “cruzada” por el respeto al nuevo reglamento y aprovecharon para llevarse al corralón a varios automóviles, casi todos viejos, que contaminaban “sensiblemente” el ambiente.

Desde la medianoche, patrulleros, motociclistas y policías de a pie, como si tuvieran una misión que cumplir, se dieron vuelo y no desaprovecharon la oportunidad para dar “el remojón” al nuevo ordenamiento. También el gobierno de la ciudad verá beneficios, pues, de acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, “se espera que el número de vehículos remitidos a los corralones aumente 20 por ciento”.

Hubo mucha molestia. Hubo connatos de bronca. Hubo mentadas al por mayor. Hubo miles de insultos. Al estrenarse el reglamento en día de quincena, fue como un día de fiesta, como un día de alcoholímetro después de un América-Guadalajara…

 

 

Fuente El financiero

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