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90% de las Pymes de transporte redujeron su facturación: IMT

El COVID-19 ha causado una parálisis económica mundial y el caso de México no es la excepción. Este estancamiento provocó la caída del transporte, porque este sector es una demanda derivada que depende de la producción, la generación de servicios, del turismo y de todas las actividades en general, que al estar detenidas causaron un impacto importante en este ámbito, explicó el investigador titular del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), Elías Jiménez.
 
Durante la videoconferencia “El impacto del COVID-19 desde la pequeña a la gran empresa del transporte de carga”, organizada por Packengers, el especialista en soluciones para el autotransporte de carga retomó los datos recabados por la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) al explicar que la pandemia provocó que el 83.5 por ciento de las microempresas vieran reducidas su facturación, mientras que el 86.6 por ciento de las pequeñas, el 84.1 por ciento de las medianas y el 92.2 por ciento  de las grandes compañías resultaron afectadas.
 
La encuesta, en la que participaron más de mil 500 empresas, señala que, en promedio, el 86.6 por ciento de las empresas sufrieron una disminución en su facturación, el 12.7 por ciento no experimentaron cambios y sólo el 0.7 por ciento la vieron aumentada, puntualizó.
 
“Nadie sabía cuál es la verdadera dimensión que iba a adquirir esta emergencia sanitaria. Ciertamente, hubo una gran incertidumbre cuando se establecieron en México en marzo los programas de sana distancia y alejamiento social, cuando muchas empresas cerraron, se interrumpieron viajes, se interrumpió la producción y de alguna manera todos nos vimos afectados”.
 
Refirió que los vehículos terrestres pueden acceder a las regiones más recónditas del país y cuentan con la versatilidad y flexibilidad de instrumentar servicios puerta a puerta, por todo ello este sector fue declarado una actividad esencial para enfrentar y ayudar a mitigar los efectos de la pandemia.
 
“Sin embargo, el transporte depende en gran medida de la economía y cada vez que hay una crisis cae mucho más bajo que la economía en su conjunto, principalmente porque es un sector de servicios de demanda derivada; es decir, entre más demanda de productos se requiera, hay una mayor solicitud de servicios de transporte”.
 
En ese sentido, consideró que la crisis producida por el COVID-19 tiene mucho más empuje que las de 1995 y 2009 y esto se ve reflejado en la variación porcentual del índice de volumen físico transportado, en donde el año pasado se presentaron reducciones económicas más significativas en la mayoría de los sectores, incluido el de la industria alimentaria, que en crisis previas no se había visto afectado, por lo que las empresas transportistas tardarán varios años en recuperarse del golpe económico que están soportando.
 
El Doctor en Gestión de Cadena de Suministros y Maestro en Sistemas de Transporte y Distribución de Carga indicó que, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el periodo de marzo a mayo de 2020, en comparación con el mismo periodo de 2019 en México hubo una variación del volumen de mercancías trasportadas por camión del -45 por ciento.
 
A su vez, aunque el sector del transporte y las comunicaciones también tuvo una pérdida de empleo entre los meses de marzo a julio de 2020, comparada con otros sectores no fue muy grande (-3.4 por ciento), esto derivado de que se consideró una actividad esencial y muchas empresas continuaron laborando a pesar de la baja demanda de los servicios, expuso.
 
Explicó que en el sector carretero se experimentó en el mes de abril, cuanto se presentó una tasa de variación mensual del -33.4 por ciento y aunque más adelante en el mes de junio hubo una recuperación, hacia el mes de septiembre otra vez bajaron las cifras. Sin embargo, al analizar el volumen vehicular de los camiones de carga en 2020, las carreteras estuvieron muy lejos de alcanzar los volúmenes de 2019.
 
Finalmente, Elías Jiménez opinó que la pandemia también tuvo ciertos impactos positivos en el autotransporte de carga en México, ya que se admitió su importancia; se reconoció y revaloró la labor de los operadores de carga, incluso llamándoles héroes anónimos; hubo un aumento sustancial en la velocidad de los camiones y mejoraron los tiempos de entrega; disminuyeron los congestionamientos; se redujo el impacto ambiental; se percibió un mayor nivel de seguridad vial; hubo una suspensión de los procesos administrativos para la expedición de licencias de conducir, y se mantuvo la plantilla laboral relativamente intacta.

Fuente A Calor Político
 
Trabajo realizado con el apoyo de: Journalism Emergency Relief Fund
https://newsinitiative.withgoogle.com/journalism-emergency-relief-fund

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