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2020: el año más difícil del autotransporte mexicano en su historia

La industria del autotransporte es uno de los engranajes más importante de la maquinaria económica de nuestro país. Se le considera un agente transversal pues está presente en todos los sectores que generan riqueza ya que de él depende el traslado de todo tipo de mercancías, desde insumos y materias primas, hasta bienes terminados.

La afectación durante este periodo de cuarentena ocasionado por la pandemia del Covid-19 le ocasionó pérdidas millonarias ante la paralización obligada de todo tipo de transporte terrestre pero principalmente el de camiones.

Para Felipe de Javier Peña Dueñas, Presidente de la Comisión de Transportes de Concamin (Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos), el impacto negativo que el Covid-19 tuvo en la industria del autotransporte fue un ingrediente más en un 2020 que en el principio mostraba signos de incertidumbre: “Empezamos el año con un cantidad importante de problemas y de pendientes en torno a los temas de restricciones de movilidad en diferentes entidades, con muchas leyes estatales que implicaban restricciones o que eran claramente recaudatorias para cobrar por pasar, por cargar, por descargar, e incluso llegamos a padecer lo que se maneja como delito de la jurisdicción penal por no tener el permiso de transporte, así como una serie de normativas para disminuir los pesos y dimensiones de lo vehículos doblemente articulados, con bloqueos ferroviarios, con una sensación de falta de estado de derecho”.

En este mismo sentido se pronunció Enrique González Muñoz, Presidente Nacional de Canacar (Cámara Nacional del Autotransporte de Carga), al mencionar que el primer trimestre del año fue confuso pero con un poco de tranquilidad debido a indicadores como la cercana firma del T-MEC así como a los denominados “ciclos de transporte” como el que se presenta en temporadas como Semana Santa que sirve como señal de crecimiento de la actividad del autotransporte. “Enero siempre es un mes relativamente flojo en algunos sectores. En automotriz sí fue bueno porque surgieron nuevos modelos y la proveeduría para ellos, pero en general hablando de todos los componentes del transporte, es un mes casi de prueba o ensayo y de ver cómo va a pintar el año”.

Siempre en acción

El tránsito de vehículos de carga nunca se detuvo por completo. Si bien fue notoria una ralentización de sus actividades, por su propia naturaleza como distribuidor de todo tipo de mercancías, fue un motor que siempre estuvo marcha y operando. Así lo mencionó el titular de la Comisión de Transporte de Concamin: “La distribución continuó con todos los riesgos que esto implicaba. Hablando de los riesgos, sí hubieron afectaciones en la disponibilidad del transporte de carga. Si hablamos por sector, en el autotransporte, que normalmente moviliza el 56% de la carga del país de acuerdo a la encuesta Canacar, el 46% de los fletes o de las ventas cayeron con la pandemia y cayó también poco menos de 44% la productividad además hubo una reducción de 1.1% en el empleo. Es decir que con todo y que cayó la productividad, y habiendo una gran disponibilidad de fletes, no hubo una gran afectación en los empleos lo que significó que no hubo un gran impacto negativo en las microempresas que en el caso del autotransporte son la mayoría”.

Para González Muñoz los focos de alarma en cuanto a las operaciones de los agremiados a Canacar se encendieron a partir del cuarto mes de 2020: “En el mes de marzo pensamos que no sería algo tan duradero esta pandemia. Después de un recuento que hicimos mes a mes sobre al afectación, puedo decirte que fue el mes de mayo, por encuestas elaboradas por nuestros socios en Canacar, que al cotejarlas con otras industrias a través de Concamin, el mes de abril tuvimos el 48% de nuestro equipo parado. En mayo, que fue el peor mes de todos, tuvimos más del 50% del equipo detenido. Esto obedeció a que todas las industrias que no eran esenciales no estaban operando. A partir del mes de junio, cuando se incorporan a la actividad económica la industria automotriz, la de la construcción y la acerera, nos da un mejor panorama, empezamos a tener mayor movimiento pero no hemos llegado a la recuperación total”.

Impactos por sector

La designación de las actividades como esenciales y no esenciales fue otro tema sensible. “En el sector industrial en donde estamos una industria esencial es la alimenticia, entonces el tema de reconocer una cadena logística se volvía muy importante porque había que considerarla así por completo. Ejemplo de esto es cuando se da reconocimiento de la industria automotriz o la fabricación de camiones cómo esenciales y eso te significaba que había que reconocer desde el fabricante tornillos, alfombras y plásticos hasta el de llantas y motores.

Entonces toda la cadena tenía que estar reconocida como esencial y entonces así se activaba todo el parámetro económico, algo muy importante porque de inmediato activa indirectamente el transporte con la lógica de que somos un sector completamente transversal, entonces es que empezamos a tener mayor dinamismo en la carga. La mayor afectación fue cuando llegamos al impacto de la crisis más fuerte cuando se paralizó la economía del país y movíamos únicamente lo estrictamente esencial, eso fue de mediados de abril a mediados de mayo”, dijo Felipe de Javier Peña.

Seguridad

El robo de unidades de transportes ha sido otro de los flagelos históricos. Para el presidente de la Comisión de Transporte de Concamin una buena noticia fue la modificación al Artículo 19 Constitucional que determina como delito grave al robo de  transporte de carga en cualquiera de sus modalidades. Señaló también que el 73% de los delitos se sigue concentrado en las entidades como Guanajuato, Veracruz, Jalisco y Querétaro.

Sin embargo señala que tomando en cuenta el porcentaje de la flota que dejó de circular, pudiera verse un balance positivo considerando en que tal vez disminuyó un poco la delincuencia debido a la pandemia: “El problema es que lo que se estuvieron robando representó un incremento sobre los productos básicos como alimentos y sobre otros que se hicieron esenciales como refacciones automotrices o hidrocarburos. Tal vez disminuyó la delincuencia pero sigue siendo un problema en el país”.

El titular de Canacar resaltó las acciones que llevaron a una disminución en el número de robos: “Al trabajar en conjunto con la Secretaria de Seguridad Pública hubo una reducción en el robo al autotransporte de carga con estrategias que llevamos a cabo en conjunto con los gobiernos de los estados así como en los niveles municipal y obviamente federal. Por ejemplo en el corredor México–Puebla–Veracruz implementamos en el C4 una coordinación muy adecuada. Canacar participó con el apoyo de equipo y algunos insumos, y habíamos tenido un decremento comparado con el mismo periodo de 2019, de 19.80 por ciento. Estos eran indicadores que nos hacían estar contentos porque realmente éste es un negocio de transportar y llevar en tiempo y forma, pero también de cuidar los costos y uno de los costos más preocupantes es el alza de la administración de riesgos. Entonces era una noticia muy alentadora”.

Contra el virus

Las empresas del autotransporte de carga implementaron acciones para prevenir los contagios entre sus colaboradores. Peña Dueñas detalló que entre ellas están la puesta en marcha de filtros sanitarios en los centros de operaciones y en los patios de carga, la  coordinación con despachos tomando en cuenta las agendas de carga para disponer del menor número de personas en un solo lugar, la coordinación entre proveedor y transportista por citas, la sanitización de instalaciones de carga y despacho de equipos de transporte, capacitación a los operarios para contar con mejor aseo así como el uso de cubrebocas y gel antibacterial.

Cierre 2020

Para González Muñoz la recuperación del autotransporte depende principalmente de que las personas adopten y pongan en práctica las medidas de prevención y sana distancia para que la tasa casos positivos disminuya: “Dependemos del regreso a la normalidad de todos los estados de la república.

Si de alguna manera en los estados donde hay turismo esto ya genera proveeduría de bienes y productos que nosotros transportamos y ya hay un mejoría, esto sería fabuloso para nosotros. Sería muy bueno que pudiéramos llevar los mismos volúmenes de carga a la Península de Yucatán, a Baja California, a todos los centros turísticos del Pacífico. Esto dependerá mucho de que las personas tomemos las medidas adecuadas y así tengamos una semaforización más rápida”.

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