(Video) Conoce el contenedor plegable que ahorra espacio cuando está vacio
El modelo de la empresa Navlandis, con patente mundial, permite almacenar cinco cajones en uno
Los desequilibrios de oferta y demanda del sector están produciendo pérdida.
El mercado de los contenedores marítimos es millonario. En el mundo, se mueven unos 40 millones de embalajes de este tipo con una tasa de renovación anual del 10%. Pero, también es un sector muy desequilibrado que genera 18.600 millones de euros en pérdidas cada año. La razón es que estos cajones metálicos se acumulan hasta encontrar un nuevo uso en los países importadores, mientras que la demanda de los países exportadores se mantiene. Enviar un contenedor vacío es caro y contaminante. La empresa valenciana Navlandis ha dado con la solución: plegarlos.
Navlandis nació de una conversación «informal» entre unos amigos que compartían ideas para mejorar el medio ambiente. De forma totalmente casual, alguien comentó el problema de las montañas de contenedores inutilizados que se formaban en los puertos de mercancías. Aquello despertó la inquietud emprendedora de Miguel Navalón e inició una investigación sobre el asunto.
En su estudio de mercado, detectó que existían «fuertes desequilibrios entre las zonas netamente exportadoras y las importadoras». En las primeras había una necesidad constante de contenedores, mientras que en las segundas, los cajones metálicos que se recibían se iban apilando sin recibir un nuevo uso. «A las navieras no les resulta rentable devolverlos vacíos», comenta Navalón a INNOVADORES. Así que éstos se acaban olvidando y formando ‘cementerios de contenedores’. De hecho, según Navalón, «pasan el 50% de su vida útil esperando a ser usados». «Al final se produce un problema de reposición», destaca. Un desequilibrio que cuesta a la industria unas pérdidas anuales de 20.000 millones de dólare.
Esta situación también tiene implicaciones medioambientales. «Alrededor del 30% de los contenedores que viaja en los barcos está vacío», apunta el emprendedor. Esta cifra equivale a emisiones de 200 millones de toneladas de dióxido de carbono al año.
La solución de Navlandis a este problema es sencilla en su explicación, aunque algo más compleja en su puesta en práctica: crear contenedores marítimos plegables. Al doblarse, el cajón ocupa menos espacio en su almacenamiento, cuesta menos dinero transportarlo y genera menos emisiones contaminantes. «En el mismo sitio que ocupa un contenedor ahora, caben cinco de los nuestros», afirma Navalón.
La clave de su sistema está en el propio plegado de la estructura, que Navlandis ha patentado tanto a nivel nacional como internacional. No es la primera empresa en el mundo que tiene esta idea, de hecho, tiene dos competidores principales, uno holandés y otro americano. Sin embargo, su diseño es «más más fácil de construir» porque «se pliega con la mínima tecnología posible». Esta sencillez reduce la mano de obra y el tiempo de producción, de forma que finalmente acaba «abaratando los costes». Sin olvidar que «aporta todas las garantías para funcionar como un contenedor estándar para que así pueda ser adoptado por la industria marítima», subraya Navalón.
El material del producto es «independiente del concepto». «Inicialmente hemos pensado en el acero, pero en el futuro podrán incorporarse nuevas alternativas como la fibra de carbono, que a día de hoy todavía es muy cara», explica el fundador de la compañía.
Uno de los mayores retos a los que se enfrenta Navlandis actualmente no es técnico, sino de mercado. La industria naviera es más conservadora que otras y está «muy atomizada». Para romper esas barreras, el sector debe apreciar el valor añadido de un producto como un contenedor que, hasta ahora, se veía como un bien básico. «Nuestro contenedor tiene que aportar esa ventaja competitiva sin encarecer el producto final», puntualiza.