¿Son realmente útiles los simuladores de conducción virtual para formar operadores en el autotransporte?

A principios de la década de los 40 del siglo pasado, las computadoras analógicas fueron usadas para resolver las ecuaciones de vuelo, dando lugar a los primeros simuladores electrónicos.

Ocho años más tarde, Curtiss-Wright desarrolló un simulador para el Stratocruiser de Pan American, el primer simulador de vuelo completo empleado por una aerolínea.

Ya en 1974, una de las primeras máquinas recreativas de la historia, la Gran Trak 10 de Atari, inauguró el género de los videojuegos de carreras, dando pasado al desarrollo de los primeros simuladores de conducción terrestre en la historia.

A diferencia del sector aeronáutico o del automovilismo, la industria del autotransporte ha sido un tanto reacia a incorporar los simuladores de manejo a la formación de nuevos operadores.

No obstante, y a medida que la tecnología avanza, las empresas han desarrollado metodologías para implementar el uso de herramientas y mejores prácticas para que los operadores conduzcan de forma segura.

Esto se acentúa debido a que, de acuerdo con el Anuario o estadístico de colisiones en carreteras federales del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), en 2020 se presentaron 11,449 siniestros de tránsito en carreteras de jurisdicción federal, de los cuales el 73.8% se le atribuyen al factor humano.

¿Cómo funcionan los simuladores de conducción virtual?
Los simuladores de conducción virtual son una herramienta a través de la cual se pueden detectar determinados vicios de conducción de algunos operadores.

Una vez que se usan, se buscará una capacitación enfocada a eliminar dichos malos hábitos, mejorar su capacidad de respuesta ante determinadas situaciones o comprobar su reacción ante ciertos imprevistos.

Generalmente, los simuladores poseen los controles y mandos originales de automoción, freno de mano de palanca, limpiaparabrisas, claxon, pedales, luces de emergencia. A la par, suelen añadir cinturón de seguridad con sistema de bloqueo, además de monitores y sonido para una experiencia más real.

La simulación permite también llevar a cabo desplazamientos de carril, marcha atrás y maniobrar según el tipo de estacionamiento, además de practicar la frenada de emergencia en situaciones específicas como pavimento mojado.

¿Qué tan útiles son?
Para la Asociación Nacional de Transporte Privado, ANTP, con el uso de simuladores se ahorra gran cantidad de tiempo, ya que el instructor va directamente a los errores que el operador suele cometer, para rectificar las veces que haga falta las técnicas de conducción.

“Al tratarse de situaciones irreales e imaginarias, sin ningún tipo de peligro, la retroalimentación del instructor hacia el operador da posibilidades muy amplias ya que puede enfocarse en puntos más específicos de forma constante sin poner en riesgo al operador o a otros usuarios”, señala el organismo.

A la par, se tiene la posibilidad de obtener y registrar datos sobre los hábitos de conducción de las personas, los cuales pueden ser representados mediante gráficos y estadísticas de desempeño con la finalidad de compartir con las personas los datos de forma más amigable y entendible para todos.

Otras ventajas es que se logra optimizar los recursos como combustibles, mantenimiento de los componentes y sistemas del vehículo; disminuyendo las emisiones y cuidando del medio ambiente.

No obstante, expertos señalan que el uso de los simuladores debe ser complementados con cursos teóricos que expliquen a los operadores conceptos de seguridad, factores de riesgo, movilidad, prevención de accidentes, ámbito normativo, entre otros temas.