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Peso mexicano: segunda moneda más débil de América Latina

El peso, la divisa latinoamericana más operada en el mercado cambiario, volvió a perder terreno este lunes. La única moneda de los países emergentes que en enero cayó más que la mexicana, fue el peso argentino (cerró -5.48% ese mes), según el ranking de Bloomberg.

El dólar volvió hoy una vez más a los 19 pesos, con lo que la moneda mexicana suma una caída de 7.34 por ciento este año en su cotización en bancos.

Para abrir semana, la divisa estadounidense subió 18 centavos frente al cierre del viernes e Inbursa, Bancomer y Banamex la venden en 19 por uno. El máximo histórico en bancos es de 19.10 pesos, alcanzado a finales de enero.
En un intento por detener la caída de la moneda, el Banco de México (Banxico) subastó 200 millones de dólares esta mañana con un precio mínimo de 18.64 pesos.

En el mercado accionario la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) perdía hoy 1.21 por ciento y en Wall Street el Dow Jones, principal indicador, se teñía de rojo con 1.35 por ciento a la baja, y el S&P caía 1.55 por ciento. Los mercados financieros internacionales continúan la volatilidad y se alteran ante cualquier dato nuevo.

Como expuso el Banco de México (Banxico) la semana pasada, las turbulencias se dan en un contexto de bajo crecimiento global, de una creciente divergencia en las perspectivas de las políticas monetarias de varios de los bancos centrales de las principales economías avanzadas, de claras señales de vulnerabilidad en algunos países emergentes importantes –notoriamente China, Brasil y Rusia–, y de mayores caídas en los precios de las materias primas, destacando el petróleo.

Respecto a los bajos precios del petróleo, Banxico afirmó en su reporte de política monetaria que es necesario llevar a cabo los ajustes requeridos en las finanzas públicas, incluyendo a Petróleos Mexicanos (Pemex), para mantener un marco macroeconómico sólido en el país y ser congruentes con el descalabro de los precios.

SERÁ EL SERENO

El peso mexicano registró el jueves el mayor desplome entre las divisas de mercados emergentes, de acuerdo con el ranking diario de monedas de Bloomberg. El índice indicó además que el peso terminó enero con una pérdida de 4.40 por ciento, sólo por arriba del argentino cuyo desplome mensual fue de 5.48 por ciento, y por debajo del colombiano o del real brasileño (y eso que Brasil está en recesión).

El Banco de México (Banxico) lo sabe. Ante un lento crecimiento global y la vulnerabilidad en algunos países emergentes como China, Brasil y Rusia, sumado a las mayores caídas en los precios de las materias primas, en especial el petróleo, el “importante” aumento de volatilidad en los mercados financieros internacionales “condujo a una depreciación adicional significativa del peso frente al dólar estadounidense”, sentenció en su primer reporte de política monetaria del año.

“Hacia adelante no se puede descartar que la volatilidad financiera internacional permanezca alta e incluso se incremente”, advirtió el banco central dirigido por Agustín Carstens Carstens. Por ello, expuso, se mantendrá muy atento a la evolución del tipo de cambio y “su posible traspaso a los precios al consumidor”. 

Hace apenas un mes, el 8 de enero, el Secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso declaró en un seminario que aunque la moneda mexicana ha acumulado desde el inicio de la actual administración “una depreciación del 38 por ciento contra el dólar estadounidense”, ha sido menor frente a la de otras divisas como la del dólar canadiense (42%), el australiano (47%) o el peso colombiano y real brasileño (80%).

Pero el 4 de enero –la primera sesión del año– el dólar en bancos cotizaba en 17.70 pesos y el interbancario en 17.32 pesos. Un mes después, el 4 de febrero, intercambiaron lugares: el dólar en bancos cotizó hasta en 18.55 pesos y el interbancario en 18.32 pesos.

En diciembre el Gobierno argentino puso fin a las restricciones cambiarias en el país sudamericano, conocidas como “cepo” al dólar, instalado en 2011 para intentar contener la fuga de divisas. Ese día el peso argentino cayó más de 40 por ciento.

El viernes la moneda mexicana, la divisa latinoamericana más operada en el mercado cambiario, volvió a perder terreno en respuesta al anuncio de mercado laboral de la primera potencia mundial. Los empleadores estadounidenses generaron 151 mil empleos en enero, una fuerte desaceleración en comparación con los meses más recientes, y menos de los 190 mil esperados.

En ventanillas bancarias subió hasta a 18.82 pesos y, respecto al interbancario, Banxico subastó 200 millones de dólares con precio mínimo por un dólar en 18.37 pesos. La semana pasada la Comisión de Cambios decidió extender hasta marzo el mecanismo de subastas utilizado para inyectar liquidez y suavizar la volatilidad que, prevé, puede continuar los próximos meses.

“La economía mundial continúa debilitándose ante la atonía del crecimiento de los países avanzados, una persistente desaceleración de los emergentes y un estancamiento del comercio mundial”, expuso Banxico en el comunicado del jueves.

Ante este panorama, Banxico dijo que es necesario llevar a cabo los ajustes requeridos en las finanzas públicas, incluyendo a Petróleos Mexicanos (Pemex), para absorber el choque a los ingresos públicos que ha representado la caída y el deterioro de las perspectivas del precio del petróleo y mantener un marco macroeconómico sólido.
El peso mexicano registró el jueves el mayor desplome entre las divisas de mercados emergentes, de acuerdo con el ranking diario de monedas de Bloomberg.

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), México crecerá 2.6 por ciento este 2016. El año pasado creció 2.5 por ciento según datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), quien dará a conocer la cifra oficial el 23 de febrero. Ese 2.5 por ciento calculado coincide con el estimado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Banxico reconoció en su reporte de política monetaria que la coyuntura actual ha cambiado desfavorablemente y que los riesgos se han acentuado, por lo que la Junta de Gobierno seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas para horizontes de mediano y largo plazo, en especial del tipo de cambio y su posible traspaso a los precios al consumidor.

Fuente La opiniom

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