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Las promesas (y dudas) que deja AMLO a los gasolineros

La próxima administración de Andrés Manuel López Obrador ha prometido acabar con el robo de combustibles y rebajar el precio de las gasolinas. Sin embargo, aún no detalla las estrategias de cómo planea lograrlo.

“Nos explicó de manera general lo que pretende hacer, y estamos haciendo las gestiones para tener el acercamiento y revisar de manera puntual los cómos”, dice el presidente de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), Roberto Díaz de León.

El virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, prometió que durante los primeros tres años de su administración la gasolina tendrá un precio fijo que se moverá sólo conforme a la inflación.

La organización que representa a los dueños de estaciones de servicio del país, tanto de la marca Pemex como de firmas privadas, cree que la estrategia será retomar la actual fórmula de Hacienda, que modula el precio de las gasolinas y del diésel al consumidor final a través del descuento a la tasa impositiva que recae sobre los combustibles.

“Analizamos la posibilidad de que se use la fórmula de los diferentes tipos de precio que han sucedido en México, pero también vemos otras experiencias internacionales, que van desde precios mínimos, máximos o precios sugeridos”, dice Díaz de León.

El representante gremial asegura que muchos países de América Latina les han cuestionado sobre el nuevo esquema que aplicará el gobierno de López Obrador, porque puede tener un gran impacto en lo que suceda en la región.

Otros planes

El plan de construcción de dos refinerías también genera dudas sobre su implementación y viabilidad.

“Sabemos que la construcción de una refinería requiere de una evaluación de impacto social, la licencia ambiental, hacer el proyecto y la estructuración de la inversión, antes de la construcción”, dice Díaz de León.

Además, la organización se interesa por cómo quedará la cadena de producción de gasolinas en México, debido a que ahora se construyen proyectos de infraestructura para el transporte y distribución de combustibles que pueden verse impactados por estos planes.

Díaz de León destaca que conoce casos de éxito de construcción de refinerías en cinco años, pero la meta del nuevo gobierno es terminarlas en tres años.

“Valdría la pena evaluar la posibilidad de que México invirtiera en una refinería en el extranjero que ya esté operando”, opina el líder de la Onexpo.

Por otro lado, las importaciones de gasolina en México se han disparado en los últimos cuatro años, para pasar del 50% a más del 70% del consumo nacional, que proviene de la compra de combustibles al extranjero. La mayor parte proviene de la costa Este de Estados Unidos, donde los precios de la gasolina están entre los más bajos en el mundo.

La promesa de atacar el robo de combustibles por parte de los llamados huachicoleros ha generado entusiasmo en el sector, que espera que se erradique como lo propone la nueva administración, porque eso dará mayor certidumbre a los empresarios del sector.

“Ellos lo tienen muy claro, conoce el problema y lo han dimensionado. Eso le da confianza a toda la industria”, dice Díaz de León.

Las tomas clandestinas a la infraestructura de Pemex lleva en alza desde hace más de una década, y cada año se rompen récords en la identificación de este ilícito.

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