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El valor de la información de la carga

Zebra Technologies es la responsable del sistema logístico de Amazon y acaba de actualizar la cadena de montaje de BMW con su apuesta por sensorizarlo todo.

El fundador de FedEx, Fred Smith, dijo en una ocasión que «la información que rodea al paquete es tan importante como el paquete en sí mismo». Razón no le faltaba al buen hombre, pero quizás la tecnología que había en los orígenes de esta compañía no permitía una explotación tan intensiva de los datos como con la que disponemos hoy en día.

Recorrer la historia de la gestión logística, ya sea en la forma de manejar los almacenes como de procesar los envíos, deja una impronta bastante clara del progreso tecnológico: de los viejos cuadernos de anotaciones y las misivas para informar de cada pedido se pasó a una tecnología muy básica, pero todavía usada hoy en día, de etiquetas de seguimiento que fueron incorporando códigos de barras y soporte para sistemas de monitorización informática con el paso de los años. Ahora, quizás ya no sean sólo los humanos los que deban leer esas pegatinas, sino también las máquinas. Y quizás tampoco haya sólo que seguir los paquetes que se envían sino, como decía Smith, monitorizar también a los propios operarios y a los medios que usan para hacer su trabajo.

Pongamos rostro a esta historia, remontándonos para ello a 1969, año de la creación de Zebra Technologies. Se trata de una firma especializada en el seguimiento de paquetes y en toda clase de aspectos logísticos que, ya en aquella época temprana, firmaba entre sus valores la confluencia del mundo físico con el digital. Fruto de esta apuesta nacieron sus primeras impresoras de etiquetas, que facilitaban la tarea de identificar manualmente cada paquete en la cadena de suministro. Y, durante décadas, esta fue su principal línea de negocio, incorporando mejoras técnicas en sus equipos de impresión y nuevos dispositivos, como escáneres, para la lectura automatizada de los mismos. Hasta que llegaron los 90 y, especialmente, nuestros tiempos: la era de la revolución logística.

«En 2014 adquirimos la división de soluciones empresariales de Motorola Solutions, lo que nos sirvió para reforzar toda nuestra línea de computación con un claro foco en la movilidad y el cloud computing», explica a INNOVADORES Tom Bianculli, director técnico de la empresa. «Nos convertimos, tras esa operación, en una empresa de 3.500 millones de dólares que pasó de los códigos de barras a ofrecer hardware, software y servicios para dotar de visibilidad a todos los puntos del proceso logístico y mejorar así la productividad, seguridad y eficiencia de las compañías».

Y, si ese movimiento corporativo fue clave en el devenir de las soluciones creadas por Zebra Technologies, en la misma medida lo fue su incursión temprana en nuevas fórmulas de seguimiento de los paquetes, como los ‘wearables’. «En 1992, creamos el primer ‘wearable’ para el sector profesional, usado por uno de los principales transportistas mundiales», explica el directivo. Se trataba de un anillo con el que los trabajadores podían escanear los códigos de barras de los envíos, manteniendo siempre las manos libres para ejecutar otras tareas.

«Ahora la línea de soluciones corporales es una de las más exitosas, porque logramos mejorar hasta un 15% la productividad del empleado y reducir en hasta un 39% los errores humanos». Más allá del anillo, Bianculli alude también al propio ‘smartphone’ de los operarios como un punto esencial de sensorización (gracias a su acelerómetro, GPS e, incluso, al sensor de luminosidad), pero también a nuevas tendencias que se van abriendo campo en torno a la silueta del trabajador. «Estamos trabajando con partners para incorporar la realidad aumentada, de modo que los empleados puedan recibir información precisa antes de que la pidan como, por ejemplo, que se le destaque en unas gafas el siguiente paquete que debe coger en una serie».

Pero, para ofrecer esas capacidades, hacen falta muchos datos.Y así regresamos al origen de la empresa, al planteamiento del fundador de FedEx y al fondo de la cuestión. «Necesitamos recopilar cuanta más información mejor, para poder hacer análisis sobre ella, realizar predicciones y mostrarlas, tanto a los responsables de las empresas como a los propios operarios. En definitiva, dotar de una capa de visualización más amplia a todo este proceso», explica el director Técnico de Zebra Technologies, quien ejemplifica el impacto de la inteligencia artificial y el Big Data con un nuevo símil del sector del transporte: «Dos de las principales compañías de entregas en EEUU han implementado una solución que, a partir de la localización de los camiones y de la información de los paquetes, indica al conductor la mejor ruta de reparto entre distintos puntos. De esta forma, hemos conseguido que el aprovechamiento de cada tráiler pase del 52% a cerca del 80%, ahorrando costes y reduciendo el impacto medioambiental al ser las rutas mucho más eficientes».

De hecho, y aunque Zebra quiera posicionarse como el «Fitbit de los trabajadores», lo cierto es que en su estrategia cobra igual importancia la sensorización de humanos que de máquinas. O, si lo prefieren, el Internet de las Cosas y Humanos en la logística 4.0. «Hasta ahora, el reto era hacer a los individuos más eficientes; toca entonces hacer al colectivo, a los objetos, más eficientes. Y combinar todo en sistemas de inteligencia artificial». Buen ejemplo de ello es la tecnología SmartSense que esta firma ha desarrollado para tiendas y comercios al uso, la cual emplea herramientas de radiofrecuencia, vídeo y microlocalización para seguir en tiempo real tanto a las mercancías como a los empleados y compradores en el establecimiento.

Entre los clientes de Zebra Technologies que sí se pueden mencionar, encontramos a gigantes de sectores muy diversos, desde Amazon -todopoderoso dueño y señor del comercio electrónico, cuyo sistema logístico está desarrollado por ésta empresa-, hasta firmas automovilísticas como BMW, con la que llevan a cabo otro de sus proyectos de innovación estrella. En uno de sus centros de reparaciones, con espacio para atender a más de 800 vehículos, apenas se trabajaban unos 250 coches al cabo del día. ¿La razón? Los operarios no tenían clara cuál era su siguiente tarea, y existía una clara descoordinación entre trabajadores y un caos absoluto que hacía que los coches fueran y vinieran entre zonas sin sentido alguno. Zebra y el centro de BMW han desarrollado un sistema de seguimiento para conocer la posición exacta del coche en la cadena, y que los empleados sepan en tiempo real, sin errores, cuándo un vehículo está listo para la siguiente tarea.

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