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Complicado futuro de transporte de mercancía sin nuevo aeropuerto

Decenas de camiones esperan formados en la entrada a la aduana del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM) para descargar objetos que tienen que salir volando. En algunos casos, los pies del piloto se asoman por la ventana mientras éste aprovecha el tiempo en la fila para echar un sueño.

Esta es una de las postales que mejor ilustran la saturación del AICM como núcleo del comercio internacional del país. Y con ello, la necesidad de que se aclare el futuro aeroportuario de la capital.

Así lo afirma el presidente de la Asociación Nacional de Almacenes Fiscalizados (Anafac), Julio Smithers, en entrevista con Forbes México. Conoce el tema bien pues muchos de estos vehículos descargarán las cajas que transportan en el almacén fiscalizado que él gestiona, uno de los 25 miembros de esta asociación.

¿Qué es un almacén fiscalizado?

Los almacenes fiscalizados son unos de los actores que hacen posible el comercio internacional aéreo. Junto con los agentes aduaneros y los operadores de carga, entre otros, facilitan que la TV que compraste por Amazon transite desde la tienda, localizada en Miami, hasta la puerta de tu casa. Ellos lo llaman almacenaje, custodia y manejo de los objetos físicos que entran y salen del país por el aire.

Sus naves son espacios de ideas y venidas de personal con chalecos cuyos colores identifican el rol que desempeñan; con pisos llenos de ruedas y rodillos sobre los que se deslizan los contenedores que se transportan y que se miden por toneladas, y por las filas de paquetes de cartón con documentos que “dicen contener” algún objeto, según cuentan los que manejan los almacenes.

¿Cómo ven el NAICM y el combo AICM-Santa Lucía?

Hoy la Anafac vive con un ojo en el NAICM y otro en el propuesto combo AICM-base militar de Santa Lucía, porque son las alternativas con las que cuenta el presidente electo para el futuro del tránsito aéreo en la CDMX. Sobre las mismas tendrán que pronunciarse primero expertos y, en última instancia, los ciudadanos en consulta el próximo 28 de octubre.

Smithers afirma que los asociados a la Anafac se sienten olvidados de las discusiones sobre el futuro del aeropuerto capitalino y las propuestas actuales les generan sentimientos encontrados. Prefieren el NAICM a la construcción de dos pistas en la base militar de Santa Lucía, porque esta última opción les genera aún más dudas que la primera.

“Desconocemos el proyecto y no sabemos cómo sería el manejo de la carga en Santa Lucía. No sé si ahí hay espacio suficiente para recintos fiscalizados”, explica, en relación con los espacios donde se ubican los almacenes y las aduanas en los aeropuertos para controlar qué paquetes entran y salen del país.

La principal pregunta está en los costes de importación, porque si, por ejemplo, un ciudadano compra más de un producto en China vía Alibaba, ¿a dónde le van a llegar los paquetes?, ¿se duplicarían los costes si uno llega a la base militar y el otro en el AICM?

Por esto, aplauden los 220 mil metros cuadrados (m2) proyectados para la terminal de carga del NAICM, en comparación con los 70 mil m2 del actual. Pero, en el caso del nuevo aeropuerto, temen quedarse fuera del negocio.

El riesgo de tener un negocio tercerizado por el gobierno

Esto es así por dos razones. Primero, porque el NAICM recortará a casi la mitad el número de almacenes fiscalizados respecto de los que hay en el AICM, de dieciocho a diez, si bien doblará el espacio de almacenaje de cada uno.

Según Smithers, la solución que se ha propuesto ha sido la asociación entre algunos de los actuales operadores de estas bodegas aduaneras: “Ya ha habido algunos acercamientos, pero son confidenciales”, afirma.

Segundo, porque ninguna de las empresas que actualmente tiene concesión o autorización para operar los almacenes fiscalizados del AICM tiene la certeza de que ganará la licitación para mudar su negocio al nuevo aeropuerto.

“Por el momento, nadie nos ha dicho si tendremos preferencia en la licitación de los nuevos almacenes. Pero creemos que sería lo más justo, porque el negocio que ahora tenemos se va a terminar”, afirma el presidente de la Anafac.

Desde los años 90 que la autoridad aduanera confía a empresas privadas el almacenaje de los paquetes FedEx o las cajas “Made in China” que esperan salir o entrar a México, mediante concesiones o autorizaciones por unos 20 años.

A lo largo de este tiempo, han sido estos actores del tráfico internacional de objetos los que han invertido en infraestructura, tecnología y seguridad en los recintos fiscales de los aeropuertos.

Por esto, expertos del sector afirman que los almacenes fiscalizados han sido los auténticos socios estratégicos de la empresa pública encargada de la gestión del AICM, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM).

Con esta filosofía, Smithers muestra su determinación en que la Anafac forme parte de las mesas de trabajo del GACM. Lo que busca es dar su opinión acerca de cómo gestionar la concesión y autorización de los nuevos almacenes fiscalizados del NAICM y generar conciencia de que además de pasajeros, los aviones también transportan objetos.

Fuente Forbes

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