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Así es como llegó un autobús de México al mundial de Rusia

Fernando, Daniel, Mathieu y el otro Daniel ahorraron durante cuatro años para comprar un autobús y llegar al son de La cucaracha a Moscú. Por el camino se unieron otros cinco mexicanos y una réplica de cartón de Javier, que no pudo ir porque “su vieja no le dejó”. ¿Cómo demonios lo hicieron?

La idea surgió en el Mundial de 2014, inspirada por los mexicanos que viajaron a Brasil en camionetas. “Nos nació la inquietud —dice Fernando—, pero más grande y con un camión modificado por nosotros mismos”. Entre amigos compraron un autobús escolar, desatornillaron los asientos y lo personalizaron para dormir en él. Le añadieron literas, televisión, un letrero luminoso que dice A Rusia, y lo pintaron de arriba abajo con caricaturas que hacen referencia a su aventura y la cultura mexicana.

De México partieron seis amigos: cuatro de Durango, uno de Chihuahua y Mathieu, el canadiense. Algunos renunciaron a su trabajo o gastaron todos sus ahorros y otros se unieron más tarde, pero solo Javier se cayó del plan a última hora. Su mujer —dice— no le dio permiso. El grupo lo solucionó con una figura de cartón:

Tras salir de Durango y atravesar todo el país, La Bendición, como se llama el camión, llegó al puerto de Altamira en Tamaulipas, donde se embarcó con destino a Alemania. “Lo más difícil fue embarcar el camión”, explica Fernando a Gizmodo en Español. El grupo obtuvo el permiso de la aduana en abril y se despidió del autobús al ritmo de acordeones con un corrido mexicano: “…como a las once se embarca Lupita, se va a embarcar en un buque de vapor…”.

La Bendición llegó al puerto de Bremerhaven, en Alemania, el 26 de mayo, tras una travesía de exactamente un mes. Desde entonces, el grupo ha recorrido ciudades como Berlín, Praga, Budapest, Lituania, Cracovia, Riga, Tallin y San Petersburgo hasta llegar a Moscú, dos días antes de la ceremonia inaugural del Mundial. “¿Cuál es la ciudad que más les ha gustado?”, preguntamos. “Diferimos todos”, responde Fernando. “En lo personal, Moscú. A otros les gustó más Cracovia, en Polonia”.

Pase por donde pase, La Bendición llama la atención. No hace falta mirar la matrícula. Con sus dibujos de mariachis, piñatas, catrinas del Día de los Muertos y un tradicional puesto de tacos, cualquiera sabe de dónde proviene ese autobús. Las palabras “canta y no llores”, en el toldo, o el grito de “viva México”, en uno de sus lados, lo confirman.

En Moscú fueron recibidos con vítores por una multitud de paisanos. “Dale, dale, dale México”, cantaban, ahogados por la melodía de La cucaracha que salía de las bocinas de La Bendición. Los amigos ya eran héroes nacionales, pero también globales. Nadie que vea el camión por las calles de Moscú puede resistirse a girar la cabeza, hacer una foto para Instagram y sentir, en el fondo, un poco de envidia. La Bendición representa un viaje épico de un grupo de amigos fanáticos del fútbol que están cumpliendo un sueño.

“Los rusos reaccionan muy bien”, cuenta Fernando. “Hoy se nos descompuso el camión por un problema de frenos y lo llevamos a un taller. El cuate que nos ayudó fue exageradamente amable”. “Hemos conocido gente extraordinaria en cada punto”, añade Daniel.

La Bendición solo tiene permiso para pasar seis meses fuera de México, por lo que el viaje acabará cuando se termine el Mundial de Rusia. En cuanto a Catar 2022, el grupo no tiene nada pensado aún. Por ahora siguen disfrutando entre mariachis por las calles de Moscú. Puedes seguirlos en Facebook, a través de la página Ingue Su Matrushka.

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